Francesco Tonucci enfatiza el papel del juego libre como herramienta fundamental para el desarrollo cerebral y cognitivo, ya que fomenta la creatividad, la resolución de problemas y la expresión. Tonucci critica la falta de tiempo libre y la sobrecarga de actividades dirigidas, proponiendo que tanto la escuela como las familias deben dar prioridad al juego no estructurado para que los niños exploren, socialicen y construyan autonomía.

-
El juego libre como motor:
El juego no es un pasatiempo, sino el principal motor del aprendizaje. A través de él, los niños exploran el mundo, se sienten libres, desarrollan la creatividad, la empatía y la capacidad de resolver conflictos. -
Fomento de la autonomía:
Se debe ofrecer a los niños el tiempo y la libertad de elegir sus propios espacios y actividades, sin la supervisión constante de adultos, para que experimenten la autonomía y la toma de decisiones. -
Crítica a la sobrecarga de actividades:
Tonucci critica la tendencia de llenar todas las tardes con actividades dirigidas, lo que reduce drásticamente el tiempo libre y el juego. -
Rol de la escuela y la familia:
La escuela debe ser un espacio que promueva el juego libre y la exploración, no que lo obstaculice con deberes excesivos. Las familias, por su parte, deben entender que el juego libre es la actividad más útil y necesaria, especialmente durante los años escolares obligatorios. -
Desarrollo de habilidades sociales y cognitivas:
Al permitírseles jugar libremente y explorar, los niños desarrollan competencias verbales, de memoria, de atención y una mejor adaptación a la vida real. -
Aprender desde la infancia:
Al observar el mundo desde la perspectiva de la infancia, los adultos también podemos disfrutar y aprender más, permitiendo que los niños nos ayuden a entender el mundo y nos den fuerzas para cambiarlo.El juego libre es la única defensa que la infancia tiene por el uso excesivo y precoz de los elementos electrónicos. Desde lso cuatro y cinco años deberían poder jugar sin adultos y con sus amigos.Por eso en Baratze le damos tanta importancia a esta actividad de tiempo libre. En esos momentos juegan en libertad, sin adultos (salvo la supervisión necesaria) con sus amigos. Y son felices.Pero los últimos años hemos observado que los niños y niñas han perdido esta capacidad de jugar solos y tenemos que ayudarles a recuperala porque es imprescindible para un desarrollo cognitivo sano.Nuestra obligación es ayudarles desde los cuatro o cinco años y durante toda su vida.